La melancólica muerte del chico ostra...
En la costa lo enterraron,
en la arena, junto al mar.
Una oración murmuraron
y se fueron a cenar.
Una cruz que daba pena
marcaba su sepultura
y unas letras en la arena
prometían vida futura.
Pero al subir la marea
una ola grande y fea
borró sin pena ni gloria
para siempre su memoria.
De regreso en el hogar,
él se le empezó a acercar.
Le besó y le dijo: “Bella,
hagamos otra faena.”
“Pero esta vez –susurró ella-
pidamos que sea una nena.”
en la arena, junto al mar.
Una oración murmuraron
y se fueron a cenar.
Una cruz que daba pena
marcaba su sepultura
y unas letras en la arena
prometían vida futura.
Pero al subir la marea
una ola grande y fea
borró sin pena ni gloria
para siempre su memoria.
De regreso en el hogar,
él se le empezó a acercar.
Le besó y le dijo: “Bella,
hagamos otra faena.”
“Pero esta vez –susurró ella-
pidamos que sea una nena.”
Tim buton
2 Comments:
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cuanto amor...
chido.
cuidese..
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